Pocas historias entremezclan tanto la realidad con la ficción como la del lebrel afgano, una raza exótica galante de una gran belleza. Salvaguardado por los afganos como un gran tesoro, este lebrel no fue descubierto por los europeos hasta finales del siglo XIX. A pesar de la aparición de las Guerras Mundiales y de la extinción de la línea europea, la pasión que
La elegancia se hizo arte con el lebrel italiano y es que pocas razas pueden enorgullecerse de haber sido la inspiración de artistas de todos los tiempos, desde la Grecia Clásica hasta los pinceles de grandes renacentistas como Giotto. Su reflejo en el arte muestra la importancia de este galgo entre la aristocracia europea, quienes lo convirtieron en la versión más pequeña de
La reina, el té de las cuatro y un lebrel con acento posh. Hablar del greyhound es ahondar en la historia de las Islas Británicas y su juego de coronas. Su gran habilidad para la caza y su elegante porte le valió la protección de los nobles y su pervivencia hasta nuestros días. Su evolución como raza de la mano de los aristócratas británicos generó un
Símbolos de distinción, nobles y elegantes, el galgo español se encuentra íntimamente ligada a la historia de nuestro país. Su trote nos acompaña desde mucho antes de que fuéramos España y su valía se ha visto reflejado en el arte: «En algún lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de
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