Desde los albores de la civilización nos acompaña el Saluki, un perro que esconde tras su mirada miles de años de historia. Y no, no hacemos uso de un recurso literario. Este lebrel no sólo es el más antiguo de su clase, sino también es considerado una de las razas de perro más antiguas del mundo, habiendo convivido con los sumerios y los egipcios.
La selección genética de la raza ha hecho del saluki un perro perfectamente adaptado para la caza de gacelas en el desierto, considerándose en la actualidad como la raza de perro más rápida en largas distancias, alcanzando velocidades de hasta 68 km por hora. A pesar de que se mantenga esta visión de la raza en Oriente Medio, en los últimos años han comenzado a surgir organizaciones que defienden sus derechos y luchan por cambiar una realidad que esconde maltratos y abandonos en las arenas del desierto.
ORIGEN E HISTORIA DEL SALUKI
La historia del saluki hunde sus raíces en las arenas del tiempo, existiendo referencias de un perro muy similar en hallazgos arqueológicos de Mesopotamia y Egipto.
Fueron domesticados en Mesopotamia por los Sumerios, convirtiéndose en una de las razas más populares de la región y eran tan apreciados que se les enterraban con sumo cuidado tras su muerte, como atestiguan los restos arqueológicos. La raza también adquirió popularidad en Egipto, aunque temporalmente más tarde que en Mesopotamia. Considerado el «Perro Real de Egipto«, aparece representado en pinturas murales de tumbas faraónicas, tanto como perro cazador como de compañía, y se momificaban para ofrendar a Anubis y acompañar a su humano tras su muerte.
Su historia y evolución posterior está ligada a las tribus del desierto, lo que explicaría la falta de datos. Esta tradición nómada expandió la raza a través de una amplia región que comprendía desde el desierto del Sahara hasta el Mar Caspio, favoreciendo el desarrollo de diferentes tipos de saluki según la región en la que habitase y convirtiéndose en el futuro padre del lebrel afgano. Los salukis eran muy valorados por sus habilidades de caza entre los pueblos bereberes y tradicionalmente se regalaban a personas de alta estima o intercambiaban por objetos de gran valor.
De esta forma es como llegaron los primeros ejemplares a Europa, existiendo el primer registro en Bélgica durante la Edad Media. A pesar de ello, no fue hasta el siglo XIX cuando los salukis regresaron al antiguo continente, cuando Florence Amherst llevó a Inglaterra unos ejemplares desde Bajo Egipto en 1840.
Su popularidad en Europa se alcanzó en el siglo XX, cuando los oficiales británicos regresaron a sus tierras acompañados de nuevos ejemplares tras el fin de la Revuelta Árabe de la Primera Guerra Mundial. Asimismo, su auge coincidió con el descubrimiento de la tumba de Tutankamón por Howard Carter en 1922 y la fascinación de Europa por el Antiguo Egipto.
Los ejemplares que llegaron a Europa pertenecían a tipologías diferentes debido a su amplia variedad geográfica. No fue hasta el establecimiento del estándar británico de 1923 cuando se unificaron las variedades existentes, estándar que buscaba respetar los rasgos más característicos de todas las tipologías originales y que mantuvo dos líneas raciales, una de pelo corto y otra de pelo largo con sus característicos mechones.
La Segunda Guerra Mundial supuso un gran revés para la raza. Todas las actividades caninas se paralizaron y la dureza de la guerra provocó que muchos propietarios evitaran nuevas camadas o incluso que sacrificasen a sus ejemplares para evitarles una muerte por inanición. Muy pocos ejemplares sobrevivieron, pero con el final de la guerra y el regreso de nuevos ejemplares desde Oriente Medio permitieron que la raza resurgiera en Europa.
En la actualidad, el bello saluki se ha ganado su lugar en las exposiciones caninas, así como un buen rincón en los sofás de miles de familias occidentales gracias a su dulzura. A pesar de ello, en Oriente Medio su estatus como perro cazador se mantiene congelado desde tiempos inmemoriales y sus dotes de corredor lo han popularizado como perro de carreras. Aún así, en los últimos años se aprecian cambios en países como los Emiratos Árabes Unidos, donde han surgido organizaciones que luchan contra el maltrato y abandono que sufre esta raza y les ayudan a encontrar un nuevo hogar fuera del país.
CARACTERÍSTICAS FÍSICAS DEL SALUKI
El estándar oficial del saluki fue establecido por la Federación Cinológica Internacional en el 2000. Clasificada en el grupo 10 sección 1 como lebreles de largo o con flecos, sus características físicas son:
- Esperanza de vida: entre 12 y 14 años.
- Talla: grande.
- Altura: entre los 55 y 70 cm.
- Peso: entre 25 y 45 kg.
- Complexión: delgada.
- Extremidades: largas y fuertes.
- Ojos: largos y ovalados de tono oscuro a color avellana y brillantes.
- Orejas: largas y cubiertas con pelo largo y sedoso. Su inserción es alta, móviles y caen cercanas al cráneo.
- Hocico: largo con la trufa negra o marrón hígado.
- Mandíbulas: fuertes con una mordida en tijera perfecta.
- Cuello: largo, curvo y bien musculoso.
- Cola: larga y en curva, con pelo largo y sedoso en la parte inferior.
- Pelo: suave y sedoso. La variedad de pelo largo presenta flecos en la cola, patas, parte inferior de los muslos y la garganta.
- Colores del manto: cualquier color o combinación está permitida, menos la atigrada: blanco, beige, dorado, rojo, gris con marrón tostado, negro con marrón tostado y tricolor en blanco, negro y marrón tostado.
Existen dos variedades del lebrel persa, una de pelo largo y otra de pelo corto. Ambas presentan las mismas características, exceptuando los flecos del manto en la variedad de pelo corto.
Estos elegantes lebreles son perros muy fuertes y resistentes, capaces de soportar duras condiciones climáticas. Fueron seleccionados genéticamente para rastrear y cazar al más rápido de los antílopes, las gacelas, por lo que destacan por su gran velocidad en carrera sobre arena y terrenos pedregosos. Esta selección les ha hecho grandes corredores y, al contrario de los greyhounds y whippets, son capaces de hacerlo durante kilómetros sin caer exhaustos.
CARÁCTER DEL SALUKI
Tras su porte elegante y cierta indiferencia, se esconde un lebrel tímido que guarda bien las distancias con los extraños. El saluki muestra su lado más dulce en familia, un perro cariñoso y amable con los más cercanos que tiende a crear un vínculo especial con un miembro determinado de su entorno. Debido a ello, no debemos descuidar su socialización con otros humanos en la etapa de impronta para ayudarle a superar su timidez cuando sea adulto.
Como buena raza oriental, estos lebreles son perros muy independientes. Se les puede enseñar obediencia, pero con paciencia, constancia y consistencia. Al igual que otras razas de galgo, se debe optar por una educación amable o en positivo en la que se prescinden de los castigos activos y del miedo para evitar problemas graves de comportamiento, como la indefensión aprendida.
El saluki fue seleccionado para la caza de las gacelas, por lo que presenta una predisposición natural hacia la caza de presas en movimiento. Pero no sólo confía en su mirada, también en su olfato, con el que rastrea posibles presas fuera de su campo visual. Por todo ello se ha de cuidar la socialización durante la etapa de cachorro para no fomentar su gran instinto de caza, presentándole diferentes especies con las que convivirá en su entorno, como perros de razas pequeñas, gatos y conejos, entre otras.
Si tu lebrel tiene un fuerte instinto, no es recomendable soltarlo en espacios abiertos o con vallas que no superen los dos metros de altura porque pueden superarlas de un salto con facilidad.
Los salukis son perros muy activos, pero esto no significa que debamos forzar el ejercicio físico para cansarlos. Su rutina ideal incluiría paseos diarios en los que se le permita unos minutos de carrera a su ritmo y en libertad, así como juegos de olfato para plantearle nuevos retos y mantenerlo mentalmente activo.
ENFERMEDADES DEL SALUKI
El lebrel persa se puede ver afectado por una serie de patologías más frecuentes en su grupo racial:
- Enfermedades cardiacas.
- Atrofia progresiva de la retina.
- Displasia de cadera.
- Dilatación gástrica.
- Leucodistrofia.
- Ceroidolipofuscinosis.
- Sensibilidad química a ciertos compuestos y tratamientos médicos, como la anestesia.
- Enfermedad de la neurona motora.
- Displasia folicular del pelo negro.
- Trombocitopenia.
- Hipotiroidismo.
- Hemangiosarcoma canino.
CUIDADOS DEL SALUKI
El lebrel persa es un perro de pocos cuidados. Principalmente, se debe prestar atención a sus uñas, las cuales crecen muy rápidamente y deben ser cortadas o limadas con regularidad para evitar fisuras, roturas o deformaciones plantares.
La variedad de pelo largo requiere un poco más de atención, como un cepillado regular para mantener su suave pelo sano y sin nudos. También se deben asear las orejas para evitar la acumulación de cera y suciedad entre sus mechones.
Asimismo debemos evitar que descanse en el suelo o sobre superficies duras porque es una raza propensa a tener callos y llagas en las articulaciones.
Como con el resto de perros, se debe acudir periódicamente al veterinario para su vacunación, desparasitación y revisiones de salud. También se debe mantener una rutina estable de paseos diarios y de alimentación.
TÚ Y TU SALUKI
¿Eres uno de los afortunados que comparte su sofá con un lebrel persa? Pues no esperes más para compartir tu experiencia con nosotros.Anímate y déjanos un comentario contándonos vuestra historia. ¡Nos morimos de ganas por conocerla!